
La Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET) ha anunciado su ruptura con la Sociedad Valenciana de Inspección Técnica de Vehículos (SITVAL). Esta decisión llega tras meses de advertencias ignoradas y un evidente deterioro en el servicio de las ITV en la Comunidad Valenciana, especialmente grave para el transporte de mercancías por carretera.
Un sistema al borde del colapso
Desde que el servicio pasó a manos públicas, el caos ha ido en aumento. La escasez de personal, la falta de infraestructuras adecuadas para vehículos industriales y unas citas previas en SITVAL con demoras de hasta dos meses han llevado a muchas empresas a buscar alternativas fuera de la comunidad. Murcia, Aragón o Castilla-La Mancha se han convertido en destinos habituales para poder pasar la ITV sin comprometer las operaciones logísticas.
Carlos Prades, presidente de FVET, ha presentado su dimisión del consejo de administración de SITVAL como gesto de protesta ante lo que califica como una “situación insostenible” para el sector. Según Prades, “cada semana hay camiones que quedan inmovilizados por no poder pasar la inspección, generando pérdidas económicas y arriesgando sanciones”.
Las ITV no dan respuesta al transporte profesional
Uno de los principales problemas denunciados por FVET es la ausencia de líneas técnicas específicas para vehículos pesados. Muchas estaciones carecen del equipamiento necesario o lo mantienen en desuso, lo que hace imposible cumplir con los requerimientos legales desde dentro de la propia comunidad.
Además, la eliminación de horarios adaptados, como las revisiones matutinas a primera hora, y la rigidez del sistema de cita previa cerrada, han dificultado aún más el acceso al servicio para los transportistas, especialmente aquellos que operan rutas internacionales con horarios cambiantes.
Tarifas elevadas para un servicio deficiente
A los problemas operativos se suma un factor económico: la Comunidad Valenciana tiene uno de los precios más altos de España en la ITV para vehículos pesados, solo superada por Andalucía. Esto, unido a una prestación ineficaz, ha terminado de erosionar la confianza del sector.
Desde FVET denuncian que “se pagan tarifas elevadas por un servicio que no garantiza ni rapidez ni precisión técnica”, señalando casos como la prueba de frenado en carga, que no se realiza de forma adecuada en muchas estaciones.
El modelo actual, incapaz de responder a las necesidades del sector
La federación exige un cambio profundo. Apunta a modelos más eficientes como los de Murcia o Castilla-La Mancha, donde la gestión privada o concesionada ha permitido una mayor flexibilidad y calidad en la atención a los profesionales del transporte.
Para FVET, el regreso a la gestión pública no ha resuelto los problemas del pasado, sino que los ha acentuado. Reclaman un sistema que reconozca las particularidades del transporte industrial y que esté preparado para ofrecer un servicio básico con garantías dentro de la comunidad.
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